4 de noviembre de 2009

Una comunidad en tres etapas

Un Techo para mi País es una organización sin fines de lucro que trabaja en distintos países de Latinoamérica. Surgió en Chile en el año 1997 y se fue expandiendo por todo el continente.
A lo largo de más de 10 años, Un Techo logró expandirse por más de 15 países.
La organización esta conformada por jóvenes voluntarios, que trabajan junto a familias en situación de extrema pobreza. Su misión apunta a mejorar la calidad de vida de las familias, a través de la construcción de viviendas de emergencia y la ejecución de planes de habilitación social. Para llevar a cabo la tarea, trabajan en conjunto jóvenes voluntarios y los habitantes de las distintas comunidades.
Si bien la tarea más difundida de esta organización es la construcción de viviendas de emergencia, Un Techo para mi País trabaja en base a un plan integral que se lleva a cabo en tres etapas.


Etapa 1: La construcción

Un Techo cuenta con más de 5.000 voluntarios que participan en las construcciones de las viviendas. Las mismas son realizadas los fines de semana, trabajando en equipos de cinco a ocho voluntarios, que son guiados por dos jefes de cuadrilla. La casa es levantada en dos días y lo más importante de la experiencia es la relación que se entabla entre los voluntarios y las familias beneficiadas.

La casa es una solución provisoria, lo que buscamos es entablar una relación con la gente del barrio, entrar en confianza y poder darles una solución temporal al problema de la vivienda. Yo tengo en claro que no es una casa para toda la vida, a través de la construcción podemos entrar al barrio y seguir desarrollando planes de Habilitación Social”, cuenta Natalia, voluntaria de Un Techo desde hace más de un año.

Laura Poma, encargada del área de Comunicación de la organización asegura que “durante la construcción es fundamental la convivencia, por lo que se fomenta la relación con la familia. Se comparte el almuerzo y la merienda, y se busca generar un espacio de encuentro y aprendizaje mutuo.”

Dentro de esta etapa uno de los aspectos claves es la selección de la familia beneficiada. Para llevar a cabo la selección interviene el área de Detección y Asignación. Daniela, otra voluntaria, nos contó sobre el proceso de selección:
Lo primero es conocer la situación real de la villa de emergencia, saber que cantidad de familias hay, como es la organización interna del barrio, saber si hay otras organizaciones que trabajen en la zona. Una vez que tenemos el relevamiento de la situación, se plantea un acercamiento puntual a las familias. Trabajamos a través de encuestas que revelan datos puntuales como la calidad de la vivienda, la cantidad de las personas que la habitan, el nivel de hacinamiento, promiscuidad, enfermedad, servicios básicos y los ingresos mensuales

Por otro lado, existen requisitos básicos que la familia beneficiada debe cumplir para poder obtener la casa:

  • Pagar un porcentaje de la vivienda. Actualmente el pago ronda los $500.
  • Conseguir 17 pilotes sobre los cuales se asentará la casa para aislarla de la humedad del suelo.
  • Contar con un terreno en condiciones para la construcción.
  • Trabajar junto con los voluntarios en el proceso de construcción.
La casa

La casa construida por los voluntarios es un módulo de madera de 18 metros cuadrados (6mts x 3mts) formado por dos paneles de piso, seis paneles laterales, una puerta, dos ventanas, vigas de madera y techo de chapa zinc.

Etapa 2: Habilitación Social

Después de haber establecido una estrecha relación con las familias, empieza la etapa de habilitación social. En esta etapa se realizan trabajos permanentes en cada barrio.
Si bien Un Techo trabaja mediante una metodología estructurada, cada plan de acción se adapta a la realidad del barrio en el que se esta trabajando.
Los voluntarios se focalizan en áreas de formación en oficios básicos, educación, micro créditos, salud, asesoramiento jurídico y trabajo comunitario.

Lo que se busca en el trabajo de esta segunda etapa es un acercamiento a la comunidad barrial para potenciar sus capacidades y lograr la transformación de su realidad a través de sus propias iniciativas. Se busca acompañar y facilitar instrumentos que sean útiles a los habitantes del asentamiento para mejorar su calidad de vida a través de un trabajo conjunto”, asegura Laura Poma.






A través de distintos talleres los voluntarios buscan fomentar el sentimiento de comunidad dentro del barrio.
Las actividades son coordinadas a través de Mesas de Trabajo, que son reuniones semanales entre los vecinos y los voluntarios. La mesa trabaja en base a un diagnostico participativo, que releva las necesidades de la comunidad y las acciones posibles para solucionar los problemas del barrio.
Las actividades desarrolladas dentro de cada barrio dependen de los resultados de la Mesa de Trabajo. Lo más importante es que los vecinos manifiesten sus intereses y necesidades.

Etapa 3: Comunidad Sustentable

La tercera etapa del proyecto apunta a su desarrollo a largo plazo. El objetivo es fomentar un sentimiento de pertenencia a la comunidad en cada uno de los vecinos.




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